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  • Foto del escritorColegio Los Olivos Málaga

Oración e Interioridad

«Dios mío, mi corazón es un ancho mar siempre revuelto por las tempestades: Haz que en ti encuentre la paz y el descanso.


Tú que mandaste al viento y al mar que se calmaran, y al oír tu voz se apaciguaron, ven ahora a caminar sobre las olas de mi corazón para que recobre la paz y la tranquilidad y pueda poseerte como mi único bien, y contemplarte como la luz de mis ojos, sin confusión ni oscuridad.


Que mi alma, Dios mío, quede libre de los confusos pensamientos de este mundo, se refugie a la sombra de tus alas y encuentre allí el lugar del consuelo y de la paz».


San Agustín de Hipona, Meditaciones, 37.

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